Las buhardillas han pasado de ser ese cajón de sastre en el que acumular enseres viejos y suciedad a convertirse en un elemento que da valor al hogar. Permite ganar un espacio extra a la casa y, de paso, aumentar su valor en un 15% aproximadamente.
Es hora de dar a las buhardillas el protagonismo que merecen y, si no se tiene ese ático o vivienda unifamiliar en la que suelen tener cabida, pensar si los techos altos de la vivienda permitirían habilitar una.
El básico: aprovechar la luz de las buhardillas
La buhardilla se convertirá en uno de los espacios favoritos de la casa a nada que se arregle como es debido, y lo más básico es aprovechar la luz. Contará con más que cualquier otro rincón de la casa, porque los tejados de ventana permite aprovechar el sol durante más tiempo que las verticales, hasta el doble.
Cuanto más grande se pueda abrir el hueco, mejor. La clave también está en elegir adecuadamente la ventana a instalar, ya sea de apertura giratoria, de apertura al exterior para ahorrar espacio dentro o incluso aquellas que se abren y cierran por control remoto. Disponen de sensores para cerrarse si llueve.
Decoración para agrandar el espacio
La luz es uno de los elementos protagonistas del interiorismo, pero los demás también se pueden considerar en la puesta a punto exhaustiva de las buhardillas. Vestir el espacio dependerá del uso que se le vaya a dar: sala de juegos, dormitorio de invitados, lugar de trabajo, sala de lectura… Se aconsejan suelos de madera y, para dar más sensación de espacio, los colores cálidos claros.
Pero más allá de la decoración hay que tener en cuenta que el lugar está más expuesto al frío en invierno y al calor en verano, por ser el más alto de la casa. Las acciones que se emprendan sobre ella deben pasar también por el aislamiento térmico, y este dependerá del uso o del clima de la zona.
Dependiendo del calado de la reforma, la puesta a punto de una buhardilla puede costar desde 5.000 euros a más de 15.000.
Especies de Espacio